Cuentas robadas, información sensible expuesta, páginas web inhabilitadas durante horas y datos bancarios comprometidos, son algunas de las consecuencias de los ciberataques a empresas
Una de cada ocho compañías españolas ha tenido que pagar más de 230.000 euros por el rescate en línea y la pérdida de operaciones
Solo el 35% de las organizaciones logra una involucración real y efectiva del departamento de Negocio en los procesos de ciberseguridad
Las grandes empresas españolas se encuentran en el centro de una alarmante ola de ciberataques que está poniendo en jaque su seguridad y estabilidad. Según un informe reciente de Kaspersky, una destacada empresa de seguridad informática, un 74% de las empresas en España han sido víctimas de ciberataques en los últimos dos años. Nuestro país se posiciona actualmente entre los diez primeros a nivel mundial en cuanto a ciberataques de naturaleza financiera, una clasificación que “refleja la creciente amenaza a la que se enfrentan las organizaciones”, comenta Leticia García, project manager de Tokio School.
Las consecuencias de estos ataques pueden ser devastadoras: desde cuentas robadas e información sensible expuesta hasta páginas web inhabilitadas durante horas y datos bancarios comprometidos. Estos incidentes no solo han aumentado en frecuencia, sino también en sofisticación y alcance, con ciberdelincuentes que centran sus esfuerzos en robar datos críticos como nombres, direcciones, números de teléfono y datos bancarios. En algunos casos, estos ataques han logrado paralizar la actividad empresarial, generando pérdidas millonarias y poniendo en riesgo la continuidad operativa de las empresas afectadas.
El alto coste de los ciberataques para las empresas
“El incremento de ciberataques a empresas en España no distingue tamaño ni sector; todas las organizaciones son vulnerables”, sentencia Leticia García. Según el ‘Informe de Ciberpreparación’ de Hiscox, los ciberataques han aumentado por cuarto año consecutivo, afectando al 53% de las empresas del país. Este continuo ascenso evidencia la creciente vulnerabilidad de las organizaciones españolas frente a las amenazas digitales.
Para llevar a cabo los ataques, la experta señala las diferentes técnicas que usan los ciberdelincuentes, entre ellas:
- Malware: se trata de un software malicioso (por ejemplo, spyware, ransomware, virus, gusanos, etc.) que accede a la red mediante una vulnerabilidad.
- Phishing o suplantación de identidad: se envían comunicaciones fraudulentas que simulan provenir de una fuente fiable, normalmente por correo electrónico.
- Man-in-the-Middle (MITM): consiste en interceptar la comunicación entre dos o más partes, sobre todo en redes más vulnerables, como wifis públicas.
Jordi Navarro, director académico de Deusto Formación, añade que «las amenazas informáticas a las que se enfrenta la ciberseguridad se clasifican en cuatro tipos según su naturaleza: de interceptación, cuando se capturan los datos; de modificación, cuando los datos son modificados fraudulentamente; de interrupción, cuando se produce una denegación de servicio; y de fabricación, cuando un software suplanta la identidad de otro».
Esta falta de protección en una empresa puede derivar en grandes pérdidas e, incluso, sanciones, además de causar un daño difícilmente reparable a su reputación. De media, cada ataque cuesta 14.766 euros, pero para algunas empresas, el impacto financiero es mucho mayor. Una de cada ocho compañías ha tenido que pagar más de 230.000 euros debido a este fenómeno. Estos costes no solo abarcan el rescate exigido por los ciberdelincuentes, sino también la recuperación de datos, la implementación de medidas de seguridad adicionales y la pérdida de ingresos debido a la interrupción de las operaciones.
¿Por qué las empresas deben apostar por la ciberseguridad?
Navarrosubraya la importancia crítica de la ciberseguridad debido al «empleo masivo de dispositivos electrónicos para almacenar y compartir datos e información, tanto de empresas como de particulares». Esta creciente dependencia tecnológica expone a las empresas a una variedad de riesgos cibernéticos.
A pesar de la creciente conciencia sobre la importancia de la ciberseguridad, todavía existe una oportunidad significativa para mejorar su integración en las operaciones de negocio. Según el informe ‘El estado de la ciberseguridad en España 2024’ de Deloitte, solo el 35% de las organizaciones logra una involucración real y efectiva del departamento de Negocio en los procesos de ciberseguridad.
Tanto en el Curso de Ciberseguridad de Deusto Formación, como en el de Tokio School, se explica que una buena inversión en ciberseguridad no solo protege a las empresas de las amenazas en línea, sino que también refuerza su reputación y confianza con los clientes. Implementar robustas medidas de ciberseguridad puede prevenir grandes pérdidas financieras, evitar sanciones legales y proteger la información sensible de la empresa.
Además, una sólida estrategia de ciberseguridad puede proporcionar una ventaja competitiva, demostrando a los clientes y socios comerciales que la empresa está comprometida con la protección de sus datos. En un entorno donde las amenazas son cada vez más sofisticadas, apostar por la ciberseguridad no es solo una necesidad, sino una inversión esencial para la continuidad y el éxito empresarial.