El 36% de la población activa declara sentirse agobiada diariamente en su puesto de trabajo, según una encuesta de Gallup
La frustración y el desgaste se incrementan en verano debido a la presión por mantener una productividad alta
Miguel Navarro, experto en productividad y hábitos, ofrece diversas técnicas indispensables para combatir la frustración y la sensación de agotamiento durante las vacaciones
Cada vez es más habitual encontrar trabajadores agotados y desmotivados en su puesto laboral, un hecho que perjudica la capacidad de desarrollar tareas en un período de tiempo determinado. En este contexto, el 36% de la población activa declara sentirse agobiada diariamente en el trabajo, según una encuesta de Gallup. España se posiciona así en el puesto 22 de los países con más estrés laboral de Europa.
Ahora bien, con la llegada del verano, este cansancio se incrementa ampliamente, ya que el segmento de trabajadores que deben permanecer en su lugar de trabajo sienten la presión de mantener la misma productividad que el resto del año. Este hecho puede suponer el riesgo de sufrir un fuerte estrés mental, una condición de fatiga y una disminución de la motivación.
Sin embargo, hay estrategias para gestionar esta frustración y sensación de desgaste. Miguel Navarro, reconocido experto en productividad, biohacking y hábitos, formador de más de
50.000 alumnos y CEO de varias empresas, entre ellas Productividad Feroz, ofrece diversas herramientas indispensables para conseguir que las jornadas de verano sean menos agotadoras y más productivas:
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Planificación del tiempo: La clave es estructurar el día en bloques de tiempo dedicados a diferentes tareas, estableciendo un tiempo específico para cada faena. Esto permite no prolongar innecesariamente la duración dedicada a cada una de ellas. Tal y como la Ley de Parkinson afirma “el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”. Con esta herramienta se consigue una mayor agilidad, mejorando así la eficiencia y productividad. Asimismo, ayuda a mantener un flujo de trabajo constante, con foco específico en lo que se está haciendo y evita el agotamiento por el exceso de tarea.
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Establecer prioridades: Es necesario identificar y abordar primero las tareas más importantes y urgentes, teniendo en cuenta el tiempo de ejecución de cada una de ellas. Esto ayuda a asegurar que se llevan a cabo las metas propuestas sin sentirse agotado. Además, es recomendable dejar hechas a primera hora de la mañana las tareas “roca”, esas que se hacen más pesadas y resultan poco apetecibles de hacer. Quitarse de encima estas faenas, permite trabajar el resto del día con una mayor sensación de liberación.
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Descanso y meditación: Es recomendable tomar descansos regulares para mantener la mente fresca y el cuerpo con energía, incluyendo una breve meditación. Dedica 10-15 minutos a desconectar en un lugar tranquilo, enfocándote en cada inhalación y exhalación. La meditación, entre otras, puede servir como herramienta para entrar en el “estado Alfa” de concentración, conocido como un estado mental relajado pero consciente del entorno, ideal para potenciar la concentración, creatividad y aprendizaje, ayudando así a la productividad.
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Hidratación y nutrición adecuada: Mantener la energía y la concentración es beneficioso para la concentración y el buen desarrollo de la jornada laboral. Por lo tanto, mantente bien hidratado y consume alimentos ligeros y nutritivos, como verduras y frutas, a lo largo de todo el día.
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Ejercicio y actividad física: Incorporar actividad física regular diaria, es una técnica clave que no solo mejora la salud física, sino que también activa tu cuerpo aumentando la energía y reduciendo el estrés.
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Desconexión digital: Es imprescindible establecer horarios para el uso de pantalla y desconectarse de todo tipo de dispositivos electrónicos durante ciertos períodos del día para reducir el estrés y evitar la fatiga ocular, especialmente en aquellas personas que trabajan frente a una pantalla. Asimismo, se deben evitar las horas de televisión y priorizar el tiempo con las personas del entorno, actividades como ir a pasear, leer o escribir.
En definitiva, las jornadas laborales durante la temporada estival con una buena energía, la motivación por las nubes y una buena organización del peso de trabajo, fomentan un ambiente laboral más saludable y productivo, e incrementan la concentración, la creatividad y la eficacia. De esta forma, los trabajadores que no pueden tomarse un descanso durante el verano pueden conseguir minimizar el agotamiento y aprovechar al máximo las horas laborales.