Los expertos del Máster en Cosmética y Dermofarmacia de CEMP señalan que la piel tatuada precisa de un cuidado mayor, especialmente durante el proceso de cicatrización y en situaciones donde la piel puede estar más expuesta a los daños del sol, como en verano
Se estima que el número de nuevos casos de melanoma diagnosticados en 2024 aumentará en un 7%
En promedio, el riesgo de una persona de padecer melanoma se duplica si ha tenido más de cinco quemaduras solares
Muchas personas no son conscientes de la importancia de mantener un cuidado especial en la piel tatuada, especialmente en verano. Ante esta situación, los expertos académicos del Máster en Cosmética y Dermofarmacia de CEMP alertan sobre los riesgos de no proteger adecuadamente los tatuajes e informan sobre las medidas que debemos adoptar cuando tenemos la piel tatuada.
La protección solar de amplio espectro, un elemento fundamental
La primera recomendación está enfocada en la protección solar: “Es esencial proteger los tatuajes del sol, ya que los rayos UV pueden desvanecer los colores y dañar la piel recién tatuada. Por ello, debemos usar un protector solar de amplio espectro con al menos SPF 30 y aplicarlo generosamente sobre el tatuaje, reponiendo la crema cada dos horas o después de nadar”, señala el equipo académico de CEMP. “Además, no debemos exponer el tatuaje directamente al sol durante las primeras semanas, cubriéndolo con ropa ligera y de colores claros que reflejen la luz solar”, añade.
Sin embargo, la protección solar es crucial no solo para las personas tatuadas, sino para toda la población en general, ya que uno de los principales riesgos es el desarrollo de melanoma. En esta línea, la Fundación del Cáncer de Piel estima que el número de nuevos casos de melanoma diagnosticados aumentará en un 7% en 2024. En concreto, el riesgo de una persona de padecer melanoma se duplica si ha tenido más de cinco quemaduras solares.
Los tatuajes, nunca sobre los lunares
Según la Fundación del Cáncer de Piel (The Skin Cancer Foundation), no se ha encontrado una prevalencia aumentada de cáncer de piel en personas tatuadas. No obstante, se recomienda evitar los tatuajes sobre o cerca de lunares, ya que esto puede dificultar la detección temprana de cambios en la piel que podrían indicar cáncer, como el melanoma. Por ello, es fundamental que los lunares permanezcan siempre visibles para facilitar su correcto monitoreo.
Ni baños en el mar ni piscina en las primeras semanas
Sin duda, una de las pautas que más nos cuesta seguir en verano es la de no sumergir el tatuaje en agua durante las primeras dos a tres semanas: “Es decir, tenemos que evitar zambullirnos en el mar o en las piscinas sin cuidar esa zona pigmentada: a veces se nos olvida, pero el agua puede traspasar al cuerpo bacterias y, en consecuencia, causar infecciones. Además, no debemos rascar ni frotar el tatuaje, la picazón es normal durante la cicatrización y rascarlo puede dañar la piel”, señala el equipo de expertos de CEMP.
De cara a evitar las infecciones, también es importante mantener una buena higiene en esa zona: “Debemos lavar el tatuaje suavemente con agua y jabón neutro, evitando productos que contengan alcohol y que puedan irritar la piel tatuada”.
El cuidado de la piel: un sector en auge
La popularidad de la dermocosmética, sumada al creciente interés de la población por el cuidado de la piel, está aumentando exponencialmente en nuestro país. Por ello, muchas personas se plantean formarse en este ámbito, ya que se posiciona como una oportunidad laboral con futuro. Una buena prueba de ello es el aumento de estudiantes interesados en el máster a distancia en Cosmética y Dermofarmacia de CEMP, el cual ofrece una formación especializada que ayudará a dar respuestas a las inquietudes sobre los tatuajes y las dudas sobre otras alternaciones o cuidados cutáneos.