La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia de España (CNMC) destacó que el vapeo no puede considerarse otra forma de fumar, sino una herramienta probada y más que eficaz en la lucha contra el tabaquismo
Según Eurostat, los Estados miembros de la UE que más vapean son Francia (6,6%), Polonia (6%) y los Países Bajos (5,9%). Siendo España el país con menor proporción de vapeo, en un 1%
Mientras que la situación gubernamental y normativa sobre el sector del vapeo se mantiene en un debate constante, los estudios e investigaciones en torno a esta cuestión han proliferado considerablemente. Además, este ámbito acoge una situación global muy dispar entre aquellos detractores de este tipo de productos y los que son partidarios.
En términos nacionales, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia de España destacó, en su Informe sobre el Proyecto de Ley del Mercado de Tabacos y Productos Afines, que el vapeo no puede considerarse otra forma de fumar, sino una herramienta probada y más que eficaz en la lucha contra el tabaquismo. Además, priorizó en que estos productos deben estar sujetos a su propia normativa, adaptada a su potencial de reducción de daños.
Reino Unido forma parte de uno de los países partidarios de los cigarrillos electrónicos, tanto es así que han incluido estos dispositivos dentro de sus políticas sanitarias de reducción de daños de cara a 2030. Esto ha provocado que la tasa de fumadores del país bajase del 14% en 2020 al 13,3% en 2021, según el último informe “Hábito tabáquico en adultos en el Reino Unido: 2021” publicado por la Oficina Nacional de Estadística.
Asimismo, Italia ha dado un paso adelante reduciendo el impuesto sobre los e-liquids a través de su nueva Ley Presupuestaria. Este impuesto representa un punto de inflexión en la promoción de métodos alternativos a los cigarrillos tradicionales.
Por otro lado, según los últimos datos de Eurostat, los Estados miembros de la UE con mayor porcentaje de vapeo son Francia (6,6%), Polonia (6%) y los Países Bajos (5,9%), siendo España el país con menor proporción de vapeo, en un 1%.
“Los países deben tener en cuenta la sólida base científica que demuestra la reducción de daños que presentan los cigarrillos electrónicos y, obviamente, aplicar medidas de seguridad adecuadas para garantizar la protección de los consumidores. En general, la promoción y la regulación de los cigarrillos electrónicos deben ser equilibradas para apoyar los esfuerzos para reducir los daños del tabaquismo y proteger la salud pública”, dijo Chris Aikens, Senior External Affairs Manager para Europa de RELX International.
Estados Unidos, reacio al vapeo mientras que Canadá y Nueva Zelanda dan un paso adelante en torno al uso de cigarrillos electrónicos
Más allá de las fronteras europeas, Estados Unidos sigue mostrándose especialmente reacio al vapeo, regido bajo las normas de la FDA (Food and Drug Administration). Sin embargo, desde el ámbito científico han enfocado estos dispositivos como un producto mucho menos nocivos que los cigarrillos tradicionales.
A su vez, el Gobierno canadiense declaró este pasado mes de enero su postura hacia los cigarrillos electrónicos como una herramientapara reducir los daños del tabaco. Finalmente, al otro lado del globo, Nueva Zelanda está cada vez más cerca de su objetivo Smokefree fijado para 2025. En este sentido, el Ministerio de Sanidad neozelandés afirma que “el vapeo tiene el potencial de ayudar a la gente a dejar de fumar y contribuir al objetivo neozelandés Smokefree 2025”.
A pesar de los grandes avances de la industria del vapeo, la regulación de los cigarrillos electrónicos sigue variando mucho de un país a otro. Hasta la fecha, sólo algunos los promueven como una alternativa válida para reducir los daños del tabaquismo tradicional, mientras que otros se mantienen escépticos. En general, sigue habiendo muchos debates en curso. Sin embargo, lo que se desprende de numerosos estudios es que el vapeo podría revolucionar el enfoque de la adicción al tabaco.